La Resiliencia es un concepto que se aborda desde la psicología positiva, que se refiere a la capacidad de los sujetos para sobreponerse ante situaciones de dificultad y dolor emocional. La psicología positiva se centra en los aspectos y valores positivos de las personas, quitando protagonismo a los conceptos de enfermedad y debilidad imperantes en la psicología tradicional. La persona resiliente será capaz de afrontar las más adversas situaciones y salir fortalecida, soportará mejor las situaciones de estrés y presión emocional y contará con más estrategias de afrontamiento y mayor sensación de control ante dichas situaciones.
Como ejemplo de resiliencia, cabe destacar el de las personas que han vivido en la infancia situaciones de negligencia y maltrato, y aun así consiguen sobreponerse, superar la difícil situación y desarrollarse como niños y más tarde adultos sin problemas de adaptación, en contraposición a otros niños, que sufriendo la misma situación, presentan múltiples problemas en todos los ámbitos de su vida, mostrando ira o retraimiento extremos ante los demás.
Las personas resilientes suelen contar una autoestima fuerte y flexible, independencia de pensamiento y acción, alto grado de responsabilidad, desarrollo de sus propias capacidades, sentido del humor y disposición para soñar, gran tolerancia a la frustración y el sufrimiento, la creencia de poder controlar la propia vida y aprender de ella, capacidad de afrontamiento y contar con algún tipo de apoyo social.
La Resiliencia por tanto es un arma ante la dificultad, la entereza más allá de la resistencia.
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