jueves, 21 de junio de 2018

LA FUNCION SUBJETIVANTE DE LOS DUELOS



Tanto Freud como Lacan sostienen que habría duelos “normales” y duelos “patológicos” y desubjetivación.
“LA SUBJETIVACION DEL DUELO EN FREUD Y LACAN”,  nos referimos específicamente al duelo por la muerte de personas queridas.
En la Clínica nos encontramos con pacientes invadidos por la angustia que provoca la muerte de seres queridos. Estos fenómenos, se muestran por ejemplo, en las versiones de inhibiciones, pérdida de la capacidad de amar, anorexias, bulimias, fobias, neurosis de borde, adicciones, actuaciones suicidas y homicidas, sometimientos, autoacusaciones, violencia contra sí mismo o contra otros, que muchas veces revelan ser dificultades del reconocimiento y subjetivación de los duelos.
La subjetivación de los duelos es la capacidad de ir más allá para pensar en la recomposición subjetiva luego de la irrupción traumática por la muerte de un ser querido.
La subjetivación articula los discursos sociales, políticos, religiosos que refieren en cada tiempo a la muerte de las personas queridas-lo público. Los modos, las costumbres, los estilos de duelar en la vida privada de cada época-lo privado- y la inscripción inconsciente de los mismos-lo íntimo.
La desubjetivación, deja al Sujeto escasos recursos simbólicos-imaginarios. Con los que se podría envolver el trauma que produce la muerte de un ser a quien se ama. La precariedad de recursos, más Sujetos sin recursos simbólicos para recomponer sus vidas subjetivas, el lazo social  la transmisión simbólica hacia las generaciones venideras. Las muertes no son acompañadas desde los mitos y los ritos que antes proponía el Otro y se deja a los deudos solos con sus muertos.
Tanto Freud como Lacan dicen que la muerte confronta al deudo en un estado de indefensión (Freud) con el vacío de la inexistencia del Otro (Lacan) y proponen algún encuentro con la angustia.
La angustia deberá transmutar en dolor y en el duelo, lo que hará posible algún camino hacia la subjetivación en los mismos. Convirtiendo la angustia en dolor y permitirá al Sujeto encontrar una significación sobre su lugar en relación con el objeto perdido. Esto podrá dar lugar al síntoma, a las formaciones del inconsciente, a las identificaciones (como a los efectos de significación), o al acto sostenido desde el fantasma. A veces, se soporta al vacío mismo y desde allí se crea.
Será en este siempre difícil tránsito que se podrá pensar en la subjetivación del duelo: que el Sujeto (deudo) pueda reconocer, luego de éste pasaje, las marcas que esa muerte dejó en él y restablecer el lazo con la memoria del muerto, con su filiación, por lo tanto, con el tejido social.
Las consecuencias de la desubjetivación devastan la condición humana. El frágil límite entre lo significable y lo irrepresentable, lo imposible de significarse, se rompe, lo que no puede ser sin consecuencias para la sociedad.

“DUELO Y MELANCOLÏA” en Freud
Freud interroga el duelo, no sólo por la importancia de a quien pierde el sujeto, sino qué pierde de él en esa pérdida. Cuestión crucial para la subjetivación en el duelo, ya que en él algo de la subjetividad queda modificado, desgarrado, desmembrado, roto. De allí la importancia de trabajar el lugar de la subjetividad en el duelo y de la posibilidad de que el Sujeto pueda reconstruir lo que de él queda dañado. En la melancolía se ve dificultada la función subjetivante.
En Lacan, el Sujeto en el duelo por la muerte de un ser querido, es asediado por lo traumático, ante ese golpe se desamarra la trama significante que sostiene su escena del mundo y a su propia subjetividad. La trama significante rompe su encadenamiento, y el Sujeto en el duelo queda vaciado de significantes para enfrentar el agujero de la embestida traumática. De allí que es muy importante la función subjetivante en el duelo, que tiene que ver con la posibilidad de cada Sujeto de rearmar su escena del mundo, su trama significante, sus recursos simbólicos e imaginarios para hacer frente a la embestida de lo Real que la pérdida-la muerte de una persona querida-ocasionó.
La función subjetivante del duelo permite el pasaje del campo de lo traumático (de la compulsión a la repetición), a la posible reinscripción de la falta entretejida por el deudo, para arribar al deseo.
También Lacan se ocupa al tratar la cuestión del duelo no sólo a quién pierde el Sujeto, sino qué pierde de él en esa pérdida. “Sólo estamos de duelo por alguien de quien podemos decir YO ERA SU FALTA” (Lacan. 1963, p. 155). Es decir, sólo es posible hacer duelo por aquel cuya falta fuimos y cuyo deseo causamos. Por eso quién está de duelo, efectúa su pérdida con “un pequeño trozo de sí”.

Lic. Muriel Solange Almeida
Psicóloga
UBA
MN 61728 MP 97804

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